Cuando en clase de Migueluso Limón contaban chistes de gordos, la mitad de los niños se tiraba al suelo de risa. Pero la otra mitad no se reía nunca. Nunca. ¡Y es que los gordos pueden comerse las penas mejor que nadie!
Recomendado para 1º ciclo de Primaria.
jueves, 13 de mayo de 2010
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